Por Natalia Alfageme, arteterapeuta y socia de MAD for Swing.
Mi experiencia profesional con personas con Diversidad Funcional me lleva a conocer, hace ya cinco años, a la Asociación AVINTE (Asociación de Voluntarios para la Integración) dónde lxs voluntarixs se dedican a hacer salidas de ocio con personas, en su mayoría, con lesión cerebral.
Por esa época comienzo a descubrir el Swing a través de la querida y desaparecida “Morada” (Centro Social Okupado). En ella se vivía un ambiente abierto, libre y respetuoso, lo que me llevó a hacer una propuesta de baile entre las personas que asistíamos asiduamente a bailar al Centro Social y las personas que componen la Asociación AVINTE. Enseguida se constituyó un grupo de trabajo y fueron muchas las compañeras que se animaron a participar. La primera edición se celebró en la calle a modo de Clandestino en la zona de Madrid Río.
A raíz de la desaparición de “La Morada” llevé la propuesta a “MAD For Swing” que la acogió enseguida, tanto la asociación cómo los socixs que la componemos siempre han apoyado proyectos sociales y me han dado cobertura para poder realizarlos, cosa de la que estoy muy agradecida.
Siendo consciente de ser un nexo entre ambos grupos de personas y el poder que esto me da, uno de los objetivos que me planteo con el evento “Swing CON Avinte” es generar oportunidades dónde personas que no tienen relación con personas diversas puedan relacionarse de manera natural y cercana. Me gustaría acercar una visión nueva de cómo sentir la música, familiarizar contextos nuevos o poco comunes a personas ajenas a realidades diferentes.
Puede parecer paradójico que personas con movilidad reducida puedan disfrutar del baile y la música con otras personas de movilidad “excesiva” cómo lxs lindy hoppers. En realidad es muy simple, y ya todxs lo sabemos, la música y por tanto, el swing, es un lenguaje Universal que no entiende de cuerpos, penetra directamente en lo emocional y se siente dentro. El movimiento es una consecuencia de este sentir y actúa de manera diferente dependiendo de cada persona.
La diferencia en personas con diversidad funcional es real, cuando unx mismx se da la oportunidad de conocer esta diferencia se produce un aprendizaje y tu estado personal cambia hacia la apertura. Es por ello que no me gusta la idea de la “ayuda” ni de lo “solidario” porque las relaciones humanas deben ser siempre horizontales y de manera bidireccional. Por eso me gusta la colaboración con AVINTE, por su frescura, alegría y porque el tiempo ha hecho que sean un grupo de amigxs que salen a hacer cosas de amigxs.
Y por último, añadir que, realmente mi deseo sería no hacer eventos de este tipo, sino que fuera de manera libre y espontánea que cualquier persona pudiera decidir libremente asistir a cualquier evento de Swing o de cualquier otra cosa, sin que fuera algo excepcional o distinto. Pero aún nos queda un largo recorrido “personal y social” para poder normalizar situaciones que hoy en día seguimos viéndolas cómo actos solidarios.
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