A día de hoy ya hemos asumido que volver a la normalidad que teníamos va a ser casi imposible, o por lo menos no va a ser algo que ocurra de forma inmediata.
Por otra parte, los escenarios que se plantean para el baile no son nada alentadores. En la fase de desescalada que se propone no se menciona cuando podremos volver a nuestras academias, jams y bailes en la calle, pero se da por sentado que se intentarán evitar al máximo este tipo de encuentros donde respetar el distanciamiento social es casi imposible.
La «nueva normalidad» está llegando a nuestras vidas y no queremos imaginarla sin baile.
Pero, ¿qué podemos hacer para que eso no ocurra?
Aquí te dejamos cinco consejos para ayudar a las academias a pasar estos meses lo mejor posible, para que cuando todo esto pase puedan volver a abrir sus puertas como hacían cada día.
1. No dejes de pagar las clases a las que ibas, si tu economía no se ha visto afectada por esta crisis y te lo puedes permitir.
2. Paga los eventos online a los que asistes igual que pagarías si fueses a la sala.
3. No pidas la devolución del dinero de los festivales cancelados. Dónalo a la asociación/escuela o pide que te lo guarden para el año siguiente.
4. Consume local. Las academias más fuertes pueden permitirse clases online, pero si ves que tu pequeña academia peligra, primero apoya a ésta.
5. Apoya a los profesores, músicos, DJs, bailarines. Tanto en aportaciones voluntarias en los eventos online, como comprando su música o simplemente publicitándoles.
Las escuelas no son una forma fácil y rápida de hacerse rico, es un medio de vida duro que demanda mucho sacrificio.
Estos son sólo pequeños gestos, pero que si los mantenemos, con ellos podremos superar esta crisis.
¡Hagamos posible que volvamos a bailarnos!
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1. No dejes de pagar
2. Paga
3. No pidas la devolución
4. Consume
La prioridad es mantener el Star System, y no se espera otra cosa que obediencia. Entendido M4S!
Hola, Leire. Gracias por leer nuestro post y por exponer tu opinión y darnos, así una ocasión para aclarar y profundizar más en la materia.
Nuestras propuestas se resumen en dos puntos; el más importante y primero es «sí, pagar»: pagar a las personas por su trabajo; pagar a las escuelas, profesores, DJs y músicos por su trabajo siempre y ahora más que nunca y, especialmente, pagar lo que nos ofrecen en las redes porque, durante las restricciones por COVID 19, es el único medio que tienen para difundir su trabajo; frente a la visión del «todo gratis», MAD for Swing optamos por la visión de «todo tiene valor» y cuando se trata del trabajo de un profesional, de la cultura también, ese trabajo hay que pagarlo. Pagar los eventos online, pagar a los músicos y comprarles su música, pagar a los DJs y profesores por trabajar, por supuesto ¿Acaso tú no quieres que se te pague justamente por tu trabajo?
En segundo lugar, nuestras recomendaciones de mantener el contacto y las cuotas de las escuelas, van dirigidas a las personas que conformamos la escena swing de Madrid y que queremos que se mantenga a pesar del batacazo que suponen las restricciones actuales, que además se prevén largas para nuestra afición.
Entendemos que tengas una visión contraria al consumo, totalmente legítima, pero te invitamos a reflexionar sobre lo que significa «consumir cultura sin pagar». Cada vez que estás escuchando música sin haber pagado por ello, cada vez que acudes a una sesión abierta de baile swing donde alguien da una clase o se pincha música o se interpreta en directo, estás consumiendo cultura; que no pagues tú por ello no significa que no estés consumiendo; simplemente, estás siendo invitada por quien te lo ofrece, los músicos que lo han subido a una plataforma abierta o quien pincha desde su biblioteca musical, la persona que ha invertido tiempo y dinero en formarse como bailarín; en todo caso, siempre hay alguien que está poniendo sus conocimientos y recursos a tu alcance para que tú lo disfrutes (lo consumas). Claro que puede que bailes con la música que tú o tu compañera de piso interpreta, en un parque o en el salón de tu casa – pero reconocerás que ese tipo de situaciones de dan en un porcentaje ínfimo de ocasiones.
Las escuelas de baile son negocios, empresas tan legítimas como los bares o como el colmado donde compras la cerveza para no consumir en un bar. Simplemente, cada uno elige en qué quiere gastar su dinero de ocio y cultura y si queremos seguir gozando de equipos de personas que se forman como bailarines y nos enseñan y estimular a mejorar nuestro baile y nuestra expresión, tenemos que apoyarles.
Y como reflexión final, usar un medio telemático para leer, comentar, es consumir; consumir ancho de banda, como mínimo de una wifi que alguien paga para que la uses con un dispositivo electrónico que consume al fabricarse, distribuirse, comprarse y cargarse. Consumimos hasta cuando respiramos; el problema no es consumir sino consumir responsablemente, con medida, eligiendo qué y cuánto se consume; y nosotros elegimos producir y consumir baile y música swing de calidad que aprendemos y compartimos en las escuelas, salas de baile y los espacios públicos, pagamos la música grabada y las entradas para ver a los músicos interpretarla en directo.